Llovia fino, parecia una noche caida al azar, pero la mañana en realidad apenas empezaba. Te vi caminar con un paso acompasado. Ligero pero melancolico, entre pensativo y adormecido.
No podia ver llover, solo veia mis zapatos y mis mudos intentos de cubrir mi cabeza con una capucha, el unico rastro de tormenta lenta, abandonado ante mis ojos, eran las baldosas flojas, qe escupian de mala gana el bajo de mis pantalones. La vieja calle estaba surcada de charcos en crecimiento, y el agua corria por los costados como peqeños rios qe arrastraban hojas muertas y mojadas. Apure el paso mientras te veia cruzar, con tu mochila con cerezas y un paraguas de arcoiris. Te deje pasar, sin llamar tu atencion, a unos metros caminaba mientras gritaba internamente tu nombre, invocando una vuelta de tu cabeza.
Me despedi de mi padre y te deje entrar sin qe enterases de mi presencia.
Ro!
Frenaste y me miraste con una sonrisa: Gen! volvi a mi color! -Te tocaste un mechon de pelo, mientras parecias despertar, de repente, de una triste casualidad.
Caminamos unos metros, subimos las escaleras y te despedi al llegar al fin de nuestro camino juntas.
Nos veremos por ahi.-
